domingo, 28 de junio de 2009




LA CAZA DEL JABALI




Del olfato y de la vista



Asegúrese de que usted no tiene ningún olor corporal, ya que puede ser fácilmente detectado por los grandes jabalíes. Tienen un agudo sentido del olfato y la vista, contrariamente a lo que la gente dice. Se puede ver bastante bien, así que no hacer ningún ruido, ni movimiento repentino. El viento siempre debe de darle a la cara al cazador.



Ubicar el jabalí



Hay ciertos signos específicos que un jabalí deja atrás, y la localización de estas puede ayudarle a identificar los habituales escondites de los jabalíes. Escrementos y frotamientos de su piel en los árboles son algunos de los más comunes marcadores, así como muestras en tocones de árboles levantados.



La caza a la espera



Después de haber identificado la presencia regular del jabalí, se pueden sentar en el interior de un árbol, alto en su copa, donde previamente a preparado un puesto, o en su pie, donde ha construido un escondite, mejor de materia vegetal.
Los jabalíes se sabe que son ruidosos cuando comen. Esto puede ser ventajoso cuando usted está tratando de conseguir un buen disparo. Si bien sentado en su árbol o en su pie, es importante escuchar con atención el ruido de los molares de los jabalíes comiendo. De esta forma puede dirigir su arma a la dirección del sonido lentamente. Y observar a través de las luces claroscuras que la luna ofrece. Es una caza de oido, en la soledad de la sierra, que en esos momentos le habla al cazador con claridad. Sus sonidos le indican que ocurre a varios kilómetros alrededor de su puesto de caza.
Cuando disparar



Hay que esperar a que la pieza este lo más cerca posible. En pleno silencio, casi sin respirar, hay que apuntar con cuidado al corazón. Tener el temple que la pieza muestre el flanco del codillo. Pues si se quiere cobrar la pieza de modo efectivo en la noche, impactos en otros lugares harán dificil su cobro en la noche, y tendremos que volver al día siguiente con la ayuda de perros rastreadores. El buen cazador no debe dejar piezas heridas en el monte. Es preferible volver a casa de vacio, con el frío en los huesos de una noche en vela, que dejar mal herido a un animal.




miércoles, 3 de junio de 2009

EL OCELOTE









EL OCELOTE






El Ocelote
Leopardus pardalis

INTRODUCCIÓN:
El Ocelote (Leopardus pardalis) es una de las especies en los félidos. Esta especie se asigna a los felinos, subfamilia Felinae, en la familia Felidae.
DISTRIBUCIÓN:
La ubicación presente del Ocelote se extiende desde el sur de los Estados Unidos, en el estado de Texas, hasta América del Sur, en el norte de Argentina. Se le documenta en la isla de Trinidad y las islas Margaritas.
Se estima la distribución de este felino de haber sido más extensa hacia el norte ya que se han encontrado fósiles en el estado de Florida y otros estados en los Estados Unidos que lo demuestran.
HÁBITOS:
Leopardus pardalis es de hábitos nocturnos, pasando la mayor parte del día durmiendo en las ramas de los árboles o escondidos entre de la vegetación. Por la noche pasan la mayor parte del tiempo en el suelo, o tierra, caminando y cazando.
REPRODUCCIÓN:
Se estima que las hembras en esta especie críen cada dos años. El período de gestación es de 70 a 85 días. Las madres tienen de uno a cuatro cachorros en cada parto. Las hembras son adultas al año y medio, los machos a los dos años.
LONGEVIDAD:
En cautiverio se le estima una longevidad de unos 20 años, es posible que mucho más corta en la naturaleza.
ALIMENTACIÓN:
Leopardus pardalis se alimenta de mamíferos medianos y pequeños; como zarigüeyas, monos, murciélagos y otros. También comen reptiles (caimanes jóvenes, lagartos y serpientes) y los huevos de las tortugas. Cazan aves, cangrejos y algunos individuos de esta especie son buenos pescadores.
DESCRIPCIÓN:
El Ocelote es uno de los gatos grandes. Los adultos logran una longitud en la cabeza y el cuerpo entre 68 cm y un metro, más la cola que puede lograr los 42 cm. Pesan entre 7 y 15 Kilogramos.