LA GUACHARACA
Guacharaca del Norte (Rufous-vented) La Guacharaca del norte debe la primera parte de su nombre a una onomatopeya de su canto ruidoso, en tanto que la segunda hace referencia a que sólo se la encuentra al norte del río Orinoco, siendo el noreste de Colombia, al igual que Tobago y algunas islas de las Antillas Menores, los únicos otros lugares donde reside. Es un ave estrepitosa a tal punto que se le da también ese nombre, «en sentido familiar, a la mujer que habla mucho y en desgarrada voz» (Picón, 1964 [1912], p. 181). La mayor parte del día no se sienten, pero al anochecer, en la madrugada y al amanecer su griterío rimado se hace sentir con frecuencia
Guacharaca variable (Ortalis guttata) La Guacharaca tiene, según algunos, cierto parecido con las gallinas domésticas, pero con la cola más larga y hacia abajo y de color rufo en su parte inferior, de donde le viene el «ruficauda» de su nombre científico, traducible como «colirrufo», en tanto que su cabeza es gris y sin cresta, la garganta rojiza, el lomo parduzco, en tanto que la parte inferior es castaño grisáceo en el pecho, gris claro en el abdomen y las patas gris pizarra. Se alimentan de frutas y hojas principalmente, aunque en cautiverio —al cual se pueden adaptar sin dificultad cuando se crían desde pequeñas— su dieta se hace mucho más variada, al punto que, según contaba Bruno Manara, conoció «una guacharaca domesticada por un guardaparque, la cual entra en su casa a tomar café con leche y a comer lo que encuentre. El resto del día se la pasa acurrucada entre las ramas de árboles vecinos; pero cuando ve a alguien comiendo, se acerca a pedirle su parte» (Manara, 2004 [1998], p. 25).
Guacharaca Guayanesa (Ortalis motmot) Al sur del Orinoco hay una prima cercana suya, llamada Guacharaca guayanesa (Ortalis motmot), la cual difiere en que no tiene la cabeza gris sino rufo, en tanto que sus patas son rosadas, pero de resto son muy similares, lo cual no es extraño ya que el río Orinoco ha actuado en general como una barrera que ha conducido a que algunas aves poco dadas al vuelo, así como, con mayor razón, los animales terrestres, hayan permanecido aislados de sus congéneres de la otra ribera y seguido su propia evolución, adquiriendo ciertos rasgos propios que justifican su ubicación como especies diferentes. Del mismo modo, al sur del Orinoco se encuentran muchas especies de aves que no se ven o se ven muy poco al norte, y viceversa, lo cual ha contribuido en buena medida a la gran diversidad biológica de Venezuela. Chachalaca (Ortalis ruficauda ruficauda) Las Guacharacas criadas desde pequeñas, aunque son usualmente mansas, resultan ser a la vez muy buenos guardianes, tal como sucede también con los Alcaravanes y Guacamayas, todos ellos de regular tamaño y voces estridentes, teniéndoseles en el hogar campesino «tanta fe como al perro» (Loreto, 1980, p. 22). Pueden convivir también con otras aves de las cuales son parientes cercanos, como los Paujíes, aunque no se cruzan entre ellas, lo que sí podría suceder, según sostenía este mismo autor, al igual que el ya citado López de Ceballos, con gallos y gallinas, asegurando además que las crías también serían fértiles (López, 1974, p. 118 y Loreto, 1980, p. 22). De esta suerte resultaría ser que a un gallo de pelea «guacharaco» se le daría ese nombre no sólo por su color sino también por ser descendiente de Guacharaca. Lo que no aclaran estos autores es si al huir un gallo de pelea guacharaco lo hace con los mismos aspavientos de sus escandalosos supuestos ascendientes.
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